miércoles, 29 de noviembre de 2023

A mitad de camino

A estas alturas de la vida

y con lo poco que he vivido

debería tener cuatro veces

más dinero en el banco

o una hipoteca en fase terminal

una vida más o menos feliz

una ex mujer, dos perros, 

una niña miope con gafas rosas

un periquito llamado Lardín

un libro de poemas autoeditado

gracias a un cobro en bé

un camino cuesta abajo

en fin, esas cosas.


Y en cambio, aquí estoy

más cerca de esa vejez

que siempre me ha acompañado

que del joven que nunca 

he aparentado, con los mismos 

miedos, las mismas ausencias 

de siempre, los sueños 

que se esfuman, pocas ganas 

de mirar atrás y menos de mirarme 

                                                      dentro. 


Así que aquí estoy, frente al viento

buscando el sol en las cuatro sombras

que me acompañan -ellas sí, fieles-

caminando a paso más que ligero, 

se diría incluso que determinado, 

acercándome, como si quisiera llegar

como si supiera dónde voy. 





sábado, 12 de agosto de 2023

Poema mañanero

Volverme y encontrar

En la cama el rastro

De tu pelo fresco

El roce tibio de la noche

Todavía en tu piel

Besar tu espalda desnuda

Hundir mis sueños en tu cuello.

Sentir tus dedos tentando

Mi cuerpo, las caricias

Que ciñen carne y alma

La tierna dureza del alba

El tacto que hace rocío

La escarcha y en el vibrar

De la alarma detener

El tiempo otra mañana. 


jueves, 13 de julio de 2023

Las caras de Bélmez

Un hombre con barba. 

Un ojo que llora. 

Una molécula de agua con cloro. 

Cuatro labios contrapuestos. 

Un esquimal tiritando de frío. 

Un cráter menguante de la luna. 

Trescientas maneras de llamar a la soledad. 

La colección completa de las caras de Bélmez


Quien no cree en el misterio 

sólo verá en la tibia viejas señales 

de un golpe contra un mueble. 




domingo, 25 de junio de 2023

EBAU (Estaba Buscando Alguien Único)

Como le diría Montes a Daimiel hablando de baloncesto, llega a su fin el curso veintidós veintitrés. Es hora de repartir notas y anillos, de echar la vista atrás y hacer balance, de decir chau a los compañeritos del alma y a la puta bohemia, de brindar por los hermanos escolapios que de tan buenos que son, nos llevan de excursión, de saltar hogueras, de sacar para fuera lo malo, en mi vida no quiero nada malo no, no, no...


Septiembre llegó como llegan todos los septiembres, con esos nervios mezcla de ilusión y temor por no haber trabajado lo suficiente en agosto cuando quizás se podía. Precisamente fue un mes de salidas y entradas en el trabajo, de asumir más responsabilidad no siempre bien valorada. Se empezaba a vislumbrar un cambio.


Octubre fue un mes de salir de la zona de confort. Hice algo que nunca había hecho y también salí a navegar; el mismo día, con la cabeza y el estómago dando vueltas por un cambio de viento, dije algo que no debía y se desató la tormenta. Mi cabeza estuvo bajo los efectos del oleaje un par de días, a mi corazón le llevó algo más de tiempo salir del aturdimiento.


Pero salió. Noviembre con sus fríos, sus llovizna, mi cumpleaños más sólo que nunca, fue un mes bonito. Cambié de trabajo y recuperé algo que me gustaba mucho: acompañarla, escucharla, hacerla reír. A quien no sabía querer y a quien más quería, eran la misma persona.


Diciembre tuvo uno de esos días que siempre recordaré, aunque ya no sé si fue el seis, el siete, el ocho. Volver a vernos en persona, volver a abrazarla, volver a compartir lugares que ya no eran el mismo. Recibirla en mi ciudad, contarle historias, confesarnos, llorar hasta el moco y hacerlo de su mano, sintiendo en mis dedos el roce de ese anillo que tanto me gustaba. Era casi igual pero era completamente distinto. Como diría Malú, me habías enseñado tú. Moriría por vos, que cantan los otros, pero tanto me lo habías dicho, que me lo creí, debía hacer mi vida, pensar en mí, priorizarme. Orientar mi vida, tal vez hacia ese nuevo trabajo con todos los marrones que tú intuías y esos que ni siquiera yo imaginaba. 


La tentación de buscar y de caer en ese pasado tan bonito me duró lo que tardé en comprobar que todos mis intentos caían en un desvío de llamada. Quizás el destino, quizás la inteligencia artificial, quizás la incomprensión de un sistema operativo.


Enero fue terriblemente complicado, su cuesta fue un tappone dolomitico: fue la longitud del Stelvio, la dureza del Mortirolo y el frío del Gavia todo junto. Y encadenado con un descenso a tumba abierta y sin un simple periódico que abrigara mi corazón partido. Me vi repitiendo errores y curso, todo lo que no quería.


En febrero te eché de menos más que nunca. Con mi vida tambaleándose en un mes de locos, de carreras, de ojeras, de tensiones. Fue también la última vez oí tu voz, escucharla la sigo escuchando siempre.


Marzo, abril y mayo pasaron en un visto y no visto. Trabajo, trabajo más trabajo y hospital. Como la primavera, hubo días más soleados y tranquilos y otros de fina lluvia de esa que cala sin darte cuenta. Bajando una tarde del hospital, desde la carpa del circo instalado junto a la plaza de toros se escapaba el soniquete "del más difícil todavía", comenzaba a llover y yo sin paraguas. Me pareció una imagen tan literaria que en mitad de mis fracasos empecé a sonreír como un bobo. 


Encontrar imágenes y darles forma de poema breve es todo lo relacionado con la escritura que hago últimamente. Por eso al hacer ahora balance me pregunto si merece la pena tener abierto este Blog, llamarlo erótico cuando de eso queda poco. Seguramente haré una limpia, mudaré los textos más personales a otro espacio más íntimo, depuraré este espacio y todo lo que suba serán textos viejos, excitantes pero que no me llenan.


Pero eso cuando tenga tiempo. Trabajando en el turismo el  verano es prohibitivo. Mis vacaciones fueron seis días en mayo para preparar un examen para el que no había estudiado en todo el curso y serán cinco días en octubre para asentarme en Chamartín y escaparme un día a esas ciudades cercanas que sacrifiqué bien sacrificadas por estar contigo unas horas más.


Y así, como siempre sin darnos cuenta, llegó junio. Pasaron aniversarios, esa memoria virtual de las redes me recordó lugares, atardeceres, canciones... Olvidarte no te olvidaré nunca, superarlo creo que lo he superado; o lo había. Oír tu nombre, decirlo incluso mentalmente no me provocaba ninguna tristeza, ninguna nostalgia. Al contrario, me esfuerzo por recordarte con la misma sonrisa que se me dibujaba cuando tú me mirabas. Si no te escribía era porque los últimos mensajes no habían tenido respuesta, y porque tampoco sé qué efectos produce en ti saber de mí. Pero esta semana, llamó una clienta, al decirme su nombre y ver que coincidía con el tuyo, sonreí. Hasta ahí nada raro. Pero es que al enviar un correo, los campos automáticos de la plantilla me depararon el saludo que siempre te dedicaba, con el que comenzaba mis mensajes, el que encabezaba las alegrías y las penas que compartía contigo. Y como diría Karol G, yo también me dije que hace mucho que no sé ná de ti. Romper la distancia que has impuesto, no quiero, pero sé que de vez en cuando me lees y en verdad me nace decírtelo: sin ilusiones, sin ganas de volver, sin esperanzas, pero te echo mucho de menos. 


Ah, por cierto, el examen bien pero mal, siempre queda algo pendiente. Menos mal que en nuestro restaurante en el puerto hay un camarero con ganas de practicar. Y del shock de ver mi saludo encabezando una plantilla de correo, nacerá un poema; no sé si será el último de este espacio o el primero del nuevo. Pero ya ves, todavía hago rimas con tu nombre para ser feliz. 

miércoles, 14 de junio de 2023

Distancia

Es miércoles todavía, 

amenaza lluvia

y tú estás lejos,

demasiado lejos, 

a esa distancia que no se mide

en kilómetros u horas de viaje, 

a esa distancia que no se salva

vadeando ríos, corriendo en un aeropuerto,

a esa distancia a la que gritos, llanto o

                                                              mensajes de audio

no llegan siquiera como un lejano eco. 


domingo, 11 de junio de 2023

Domingo, 18:30

Esta pereza 

lindante a la tristeza 

poco tiene que ver 

con que mañana sea lunes,

más bien con que hoy 

sea domingo tarde

y esté solo

con tuppers y llamadas

que anticipan la rutina

cuando quisiera estar contigo, 

mirándote leer por ejemplo

un cuento cualquiera o

sentados en el sofá, 

tu cabeza en mi hombro, 

besándonos o haciendo el amor

en fin, ya sabes, esas cosas

que hacen veloces los minutos

y acaso más entretenidos. 

sábado, 15 de abril de 2023

Entre palabras

Hacernos el amor 

entre palabras

acariciar con frases 

que consuelan o que inflaman. 


Asir mis manos a tu talle

juntar los labios como versos

besarte con el alma suave 

de un suspiro que escapa 

hasta el infinito por el aire.


Deslizarnos en el abrazo, 

ser los adjetivos que reclama el texto

provocarnos un adverbio en la mente

amarnos describiendo letras 

con la yema de los dedos. 


Ser - al fin- dos personajes 

que reviven al final del cuento

y al quedarse en silencio hablen

las ganas de tu cuerpo sobre mi cuerpo. 



domingo, 19 de marzo de 2023

Pandémica y boreal

Imagínate ahora que tú y yo
muy tarde ya en la noche
hablemos de mujer a hombre, finalmente.
Imagínatelo,
en una de esas noches memorables
de rara comunión, con la botella
medio vacía, los macarrones fríos,
y después de agotado el tema de la vida.
Que te voy a enseñar un corazón,
un corazón al bies,
torpe de cintura para abajo,
insólita lectora -ma semblable-, ma soeur!


Porque no es la impericia del buscador de orgasmo
quien me tira del cuerpo hacia tu cuerpo:
yo persigo también el dulce amor,
el tierno amor para dormir en cucharita
y que alegre mi cama al despertarse,

volando como un pájaro
desde tu ventana hasta el piso
para remontar el vuelo de nuevo
piando, implorando volver al nido.

¡Si yo no he podido nunca, 
no he sabido desnudarme nunca,
como entonces
si jamás he podido entrar en unos brazos
sin buscar -aunque sea nada más que un momento-
igual deslumbramiento que a los veinte años !


Para saber de amor, para aprenderle,
haber estado solo es necesario.
Y es necesario en cuatrocientas noches
-con cuatrocientos cuerpos diferentes-
haber hecho el amor. Que sus misterios,

como dijo el poeta, son del alma, 
pero un cuerpo es el libro en que se leen.

(continuará)

jueves, 23 de febrero de 2023

Destinos

Como quienes cruzan la mirada

por el andén exterior parte

el tren con destino Durango

al tiempo que mansamente

entra en la estación 

el que se dirige a Oiartzun. 

Irremediables destinos

que sin traerte me llevan

de nuevo a ti, mientras

me quedo allí, solo, 

plantado en la nada. 

lunes, 13 de febrero de 2023

Amura

El viento que soplaba del sur

rizaba las olas y mi pelo

se arbolaba con cada uno

de los embates de tu boca.

Eran besos soñados, dulces

como tal, rociados de salitre

eran besos que eran mar.



Las manos como guimbardas

que en cada caricia afinaban

la piel, desvistiendo complejos

y mis dedos se perdían

incansables en tu amura

allí donde la vida se da

la vuelta hacia el infinito.



La gubia cincelaba lascas

imperfectas, a imagen y semejanza

de un amor que sin ser

es y tiene alma de fado

triste amor marinero que perdió

el rumbo de las estrellas

y deriva a merced de las mareas.



Agachado y muy cerquita

miraba con el ojo guiñado

como un pintor –o un ebanista-

repasaba tu silueta sin descanso,

sin advertir que entre mis dedos

fue a clavarse la astilla

de la nada cotidiana.



Penetró la carne indefensa

llegó a la sangre y por ella avanza

arrastrada por la corriente

la punzante amenaza.

Quizás alcance el corazón

quizás se quede encallada

entre mis venas laceradas.



¿Será un doliente recuerdo

o hallaré quién la extraiga?

¿Seré quien más te quiso

o en tu recuerdo seré nada?

En mitad de este naufragio

te digo que para ti

siempre habrá hueco en mi tabla.

viernes, 20 de enero de 2023

Día de San Sebastián

Mi cabeza y el cielo se debaten.

Dudan, bajo el peso de las nubes

negras de redundancia, si soltarlo

todo o contenerse. Seguramente, 

tan propio en estos lares, caigan 

algunas gotas sueltas como lágrimas

mientras el clima -caprichoso

como la vida- somete las luces

y las sombras al azote de los vientos.


Quizás fuera más fácil dejar

que la lluvia estalle, y que con ella

arrastre todo, que te limpie 

o que te ahogue definitivamente. 

Pero luego piensas un poco en todo, 

en la ilusión, en los desfiles, en los

niños tamborreros, incluso en ti, 

y te dices que sería una pena 

arruinar una oportunidad única en la vida. 


jueves, 5 de enero de 2023

Las Reinas Magas

Siguiendo -tal vez- una estrella

llegaron de tierras lejanas

buscando -como tantas- al rey de reyes, 

mas encontraron vacío su pesebre. 

Cuando la noche difuminó la estela

hallaron refugio en tan extraña posada. 


Son tres, también, estas otras reinas magas.

De ellas, la primera, viste sedas y oros

y de rubios sus cabellos parecen de pura plata.

Dice quien la conoce que responde por Svetlana. 

Morena cabellera rizada

luce quien la sigue en la particular cabalgata.

No tiene nombre, para todos es la rumana. 

Cierra el desfile de sombras

una monarca venida de África, 

permitan que esta noche, la bautice Baltasara.


Perdida la estela del cometa

es el rojo neón quien las ampara. 

Bajo los sueños y la luna, 

en esta noche de Reyes,

de regreso a sus hogares

muchos cruzarán su camino; 

habrá quien mire de soslayo, 

habrá quien dedique hirientes comentarios, 

la mayoría sin embargo, mirará para otro lado.


Ajenas, ellas se recogen

en esta noche tan mágica

esperando a quien acuda

a sus manos encantadas.

Y tal vez llegue José

tras discutir con María, 

tal vez un anciano

busque en ellas las ilusiones perdidas

y habrá quien pregunte a su magia

el sentido de la vida. 


En estas horas calladas

en la que se reparten regalos y anhelos

desde mi ventana al otro lado de la plaza

imploro a la madrugada se cumplan todos los deseos

de estas tres reinas magas.