Añada, cuando el agua borbotee,
a la cazuela dos raciones generosas
-considere el hambre atrasada-
de pasta seca; controle la cocción
procurando que quede al dente.
Escurra los macarrones
reservando una parte de líquido
que después añadir a la salsa.
Vierta a continuación y remueva;
Sin miedo, la mezcla nunca falla.
Ralle después el queso
y espolvoree.
Introduzca la fuente en el horno,
gratinador alto y espere.
Mientras aguardamos
que termine la receta
podemos seguir jugando
-ahora que encajan las piezas-
a ese tetris del armario,
mi cuerpo en tu espalda,
tu mano en mi mano,
y kilos de previsora pasta seca,
sabiendo que, para recuperar las fuerzas,
-370 kilocalorías los cien gramos-
nada mejor que los hidratos
en una orgía crujiente
de queso, carne picada y salsa boloñesa.
Palabras, palabras que nacen de lo más profundo y que quieren instalarse en tu cerebro... La mayoría serán historias al uso, algunas aspiran a parecer poemas y otras cuesta clasificarlas. Bienvenidxs a mis relatos eróticos, pasen y lean.
jueves, 28 de abril de 2022
martes, 12 de abril de 2022
No soy lo que aparento
No es lo que parece
cuando el verbo se hace dedo
y en dos segundos tecleo
un halago, un piropo, un requiebro.
No hagas excesivo caso,
no soy lo que aparento.
Suena raro, es cierto,
pero no me gusta el sexo por el sexo.
Aunque, una cosa es una cosa
y otra, que esté uno ciego;
por ello, -frágil equilibrio
entre mente, instinto y deseo-
si entre unas curvas me acelero
y me imagino a tu espalda,
muy cerca, sin aliento,
el cuerpo oscilando
y mis manos en tu pecho,
no lo tomes por cierto.
No es para mí
si el chocar de nuestros cuerpos
no se descodifica
y se graba en mi cerebro.
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