sábado, 29 de mayo de 2021

Metástasis

-¿Es grave, doctor?-.

- ...-.

- ¡Por dios, doctor, diga algo, no se quede así!-.

- Le seré franco. Tiene usted un recuerdo enquistado en el cerebro, y por lo que me cuenta, me temo que se ha producido metástasis en corazón y tripas-.

- ...-.

- ...-.

- Pero, ¿se puede...?-.

- ¿Extirpar? Sí, aunque le digo que es una operación complicada. ¿Ve?- y girando el monitor me enseñó las imágenes del escáner, yo mismo pude observar, alojado en lo más profundo de mi cerebro, el recuerdo, con su sonrisa de no haber roto nunca un corazón-. Se corre el riesgo de que el recuerdo se resquebraje, que extraigamos una parte pero el resto se quede dentro, necrosándose, lo que podría provocar daños irreparables en la zona. Y aunque la operación fuera un éxito nunca sabemos cómo va a cicatrizar la herida; seguramente haya afectación en el lóbulo, posiblemente no provoque más que esa desorientación espacio-temporal de la que me ha hablado, pero puede que los daños sean más severos...-.

- ¿Por ejemplo? Sin paños calientes, por favor, doctor-.

- Es pronto para saberlo- comenzó a decir tras entrelazar sus dedos y hacer un gesto de duda- pero como usted pregunta...; puede darse una afectación de las neuronas, producirse un corte en las conexiones cerebrales, que el resto de vivencias influidas por el recuerdo se vean afectadas, que desaparezcan incluso. Se dan casos de alteraciones fisiológicas, con individuos que buscan llenar el hueco del recuerdo extirpado viviendo deprisa, con muchas experiencias, sumidos en un estado de excitación sexual que les lleva a tirarse a lo primero que pasa... Pero a la larga es contraproducente, ¿sabe?, porque son recuerdos vacíos que, sí, llenan el hueco, pero no aportan nada-.

- ¿Entonces?-.

- Si me pide consejo, le diré. Usted es todavía joven, someterse a una operación tan delicada que además no garantiza resultados... No lo veo conveniente para usted, hágame caso, deje que el tiempo pase, que el recuerdo vaya perdiendo intensidad, que se confunda poco a poco en la memoria. Seguirá por un tiempo con molestias, falta de apetito, de ilusiones... usted conoce los síntomas, pero con el tiempo también éstos remitirán, verá, el cerebro humano es extraordinario, se lo digo yo-.

- Entiendo-.

- Además, si me permite el atrevimiento le diré una cosa-.

- Adelante, doctor-.

- Por la forma, el tamaño y lo enraizado que está el recuerdo, tuvo que ser muy importante-.

- Lo es-.

domingo, 23 de mayo de 2021

Pedir la mano

Podía haberme fijado en la parábola perfecta de su ceñido trasero, en su pelo negro, en sus ojos color avellana. Podía haberme llamado la atención su nariz, ligeramente puntiaguda y decorada en el lateral con un pequeño brillante. Podía haber seguido investigando, comprobar si el sujetador se transparentaba más allá de la parte trasera de su camiseta. Podía incluso haberme interesado por sus sentimientos… Pero me había fijado en sus manos. Pequeñas, de dedos cortos y finos, con las uñas pintadas del color de mi chicle favorito: la fresa ácida. Bronceadas, como toda su anatomía visible. Me había fijado en sus manos y de inmediato las había imaginado asiendo mi polla.

martes, 11 de mayo de 2021

Tonteando

- No me apetece follar. Ahora- está última palabra salió de mi boca casi como una excusa obligada. Esperaba que ella captase todo lo que iba implícito, por ejemplo que quería seguir ahí, mirándonos a los ojos en silencio, con ella sentada sobre mis piernas y mis brazos abrazando, sin demasiada persuasión, su trasero.

- Pero yo sí quiero que me folles- dijo con esa voz que suele poner cuando quiere que caiga rendido.

- Tenga cuidado con lo que dice señorita, eso se parece mucho a un consentimiento explícito-.

- Qué tonto eres- rio. Yo negué con la cabeza también riendo. – Sí, eres muy tonto. Y además un mentiroso, sé que lo estás deseando, te va a crecer la nariz como a Pinocho- añadió.

- No es la nariz lo que me va a crecer como sigas restregándote así-.

- ¿Ves como eres muy tonto? No dejas de hacerme reír. Anda, vamos a... -. Su voz iba de la sonrisa al deseo a una velocidad de vértigo.

- Más que tonto soy un imbécil, un perfecto imbécil por no querer hacer el amor contigo cada segundo de mi vida- le dije.

- Pues sí- ella me dio la razón como a los locos.

- Lo sé, sólo soy un capullo, un enorme capullo rematando unos pocos centímetros de polla-. 

- Bueno, entonces, ¿follamos o qué?- su voz había adquirido ese tono en el que era mejor poner en riesgo la dureza del sofá con unos cuantos traqueteos que con mi peso durante unas cuantas noches.

miércoles, 5 de mayo de 2021

Knockin' on heaven's door

Mi mano engarzada entre tus dedos, ese instante detenido, miradas fijadas en ojos ajenos. ¿Importa si polvo de una noche o Eros? No hago preguntas, no elegí sentir este fuego del infierno. Mi boca suspira, confiesa todos mis miedos. Sonríes, vil Maquiavelo, bajo mi piel corre un agitado hormiguero. Tu ariete echando abajo las puertas del cielo cambia la rima; me acoplo a tus hombros, araño tu espalda, por un rato, te amo hasta las entrañas y mi garganta entona melodías atávicas. En cada impulso la solución al enigma perpetuo; y tú, dime, ¿aún preguntas el sentido de la vida?

El Teorema de Sanikhidze (versión definitiva)

Puede ser la noche, los besos, el deseo quizás. Puede ser su lengua, aleteando sin descanso, sus dedos procurando caricias escondidas. O la acción de su pene yendo y viniendo. Cada vez es distinto, como un problema matemático al que se le añade una incógnita nueva para hacerlo más complicado, más atractivo; aunque el resultado buscado sea siempre el mismo, el placer de los dos.

O puede que sea ese juguete que descansa sobre el colchón. Cuando Víctor lo enciende y ella se muerde el labio inferior, se miran sonriendo: ya han encontrado el método para resolver el eterno enigma.

El Teorema de Sanikhidze (versión original)

 "Si A más B siempre sumaran C, resolver el problema resultaría más sencillo, pero, quizás también, más aburrido; por eso la matemática lo complica todo con potencias, raíces cuadradas o integrales, para hacer el proceso mucho más interesante"- piensa Víctor después de echar una última ojeada y sumergirse entre esas piernas flexionadas que lo aguardan. Porque, si él es A y C el placer de su compañera de cama, la parte de B que le queda por desentrañar bien pudiera ser el aleteo de su lengua, sus dedos curvados prodigando caricias escondidas, la dureza de su pene yendo y viniendo o ese juguete rosa que yace sobre el colchón y al que ella no deja de dedicar pícaras miradas mientras se muerde el labio inferior; por eso Víctor lo agarra y pone el interruptor en On, para ver si le ayuda a resolver el enigma. 


sábado, 1 de mayo de 2021

Horas extra

-¿Pero por qué? Si nos compenetramos muy bien. Mira ahora, por ejemplo, si hubiéramos tenido que revisar todos estos dossiers solos habríamos tardado dos días, y juntos hemos acabado en poco más de dos horas. Anda, no te pongas así, que te invito a una cerveza en el bar de abajo-.

- Precisamente por eso. Porque no puedo tomarme una cerveza contigo. Lo que yo querría es salir a cenar después de pasarnos media tarde buscando canguro para los niños, quiero escaparme por ahí un fin de semana, quiero quedarme mirándote como un idiota mientras no haces absolutamente nada, quiero sufrir tus enfados, quiero amanecer contigo…- comencé a decir apartando la vista incapaz de seguir mirándola.   – Pero tú ya tienes todo eso con otra persona. Y sí, podríamos quedarnos tomando una cerveza, o podríamos enrollarnos un día, cuando tú estés baja de ánimo y yo no pueda reprimir más el impulso de tirar todos estos papeles al suelo de un manotazo, sentarte en la mesa mientras nos comemos los morros como si fuera el último bocado de nuestras vidas y mis manos se lanzan a comprobar lo que tantas veces he soñado. Pero no me conformo con calibrar la dureza de tus pezones una sola vez, no quiero que nuestras respiraciones agitadas se extiendan por la oficina desierta cuando nos desvistamos con las prisas de lo prohibido. Aunque fuera el mejor polvo de mi vida, aunque tú me miraras a los ojos de esa manera en la que tú sólo sabes cuando agarraras mi polla y te la metieras poco a poco. Y estaría muy bien, no lo dudo, tenerte sentada en mi regazo, botando sobre mi polla, hasta que a esta mierda de silla se le rompiese una pata y luego seguir tirados en el suelo guiados por el instinto y ajenos a la porquería de la moqueta, o mucho mejor si tuviese lo que hay que tener y te empotrase contra el escritorio del jefe ahora que no está y dejarle como recuerdo huella de nuestro paso en su sillón de cuero, pero yo no me puedo quedar con esa media Verónica, yo necesito el quite completo. Por eso- ahora que había volcado completamente mis sentimientos  era capaz de volver a mirar a mi compañera de nuevo- por eso pido el traslado a otro departamento, no porque me caigas mal, ya ves que es todo lo contrario. ¿Qué te pasa?, ¿por qué sonríes así? No, Verónica, para, no, deja tu vestido quieto, Verónica, por favor, cuidado, ¿qué haces?, con lo que nos había costado poner todo en orden…