No preguntes por qué sí
ni por qué no,
tan sólo toma su mano,
si te la da,
y ve
donde ella te quiera llevar
Fíjate en su caminar,
observa si corre
si da pequeños saltos
como si quisiera volar.
Vigila tu zancada
acompásala.
Si, en algún momento,
dice que aprietas
no la retengas,
suéltala.
Llegado el caso,
te la volverá a ofertar.
Ya no hay ciencias exactas,
todo es cuestión de probar
Sea como sea,
no preguntes.
Si ella te ofrece su mano, vosotros, echad a andar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario