- Bueno, parejita, y a todo esto, ¿vosotros cómo os conocisteis?- pregunta su amiga con la fingida espontaneidad de quien desea saber hasta el más mínimo detalle.
Eva y Adán se miran un instante, buscando mentalmente las palabras para contar una historia que resulte mínimamente creíble. Tras algún titubeo, él comienza a hablar:
- Coincidimos en un lugar, con más gente, Eva tenía pareja entonces, y…
Cuando ella coge las riendas, la conversación fluye con más ritmo. Sí, yo estaba allí con mi pareja de entonces, pero en cuanto me fijé en Adán lo quise para mí- dice mientras rodea el hombro de su chico y lo atrae hacia sí.
- Uy, chica, qué situación, con el novio delante- ríe alguien en el otro extremo de la mesa.
- Ni te la imaginas, me iba el corazón a mil, yo que sé, amor a primera vista llámalo si quieres, el caso es que me daba igual mi novio y todo lo demás, quería conocer a Adán y el resto no me importaba. En cuanto pude me escapé del resto de la gente y me acerqué a él. No sabía por dónde empezar, pero estaba totalmente como hechizada…
- Es que se nota que Adán tiene magnetismo…- interrumpe su amiga.
- Enorme- asiente Eva.
-Vaya, vais a hacer que me ponga colorado- dice Adán, y ya que ha empezado a hablar, lo sigue haciendo: yo no había reparado en ella, lo siento cariño.- Eva lo mira con impostada fiereza antes de reír y apoyar su cabeza en el hombro derecho de su chico. -Desde mi posición no podía verla,- se justifica- pero, en cuanto empezamos a tratar todo fue maravilloso. Lo siento chicas- Adán hace una pausa y mira al resto de comensales- pero no es que Eva sea distinta, es que es mucho mejor que el resto, única, especial. Desde que la conoces no quieres buscar más, da igual a cuantas te quieran presentar, sabes que como Eva no hay más. Te engancha, te atrapa, te absorbe…
- ¡No digas eso!- protesta Eva golpeando con su mano el hombro del que acaba de despegar su cabeza.
- Pero si es verdad- se justifica Adán. Te absorbe para bien, en el sentido de que deseas quedarte con ella para siempre, quieres fusionarte con ella, ¿entendéis lo que quiero decir? No sé, es su manera de tratarte desde el principio, su delicadeza, su generosidad, siempre dando lo mejor de sí misma para hacerte sentir único, no sé, te abandonas, te dejas ir, sabes que en sus manos siempre estarás bien…
- Y es recíproco, ya lo he dicho, fue verlo y quererlo para mí para siempre- le interrumpe Eva.
- Pero, ¿dónde fue, en una fiesta?- vuelve a preguntar su amiga ahora ya sin ocultar sus dotes inquisitoriales.
- Sí, en algo parecido a una fiesta- dice Adán mientras Eva afirma con la cabeza y ambos recuerdan aquella noche en aquel Glory Hole.
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